Vivo el eterno retorno
condenado a repetirme
a escribirme en un ciclo infinito
de máscaras e historias recicladas
No hay salidas
No hay Übermensch
No hay Nirvana
En mi colectividad personal
las partículas de mi alma
recorre todos los caminos
que conducen al declive
He transitado los hechos desde todas las perspectivas
He sido el arma, el proyectil, el detonador, el caído
para al girar la rueda
terminar siendo el hijo del destino
Mientras
en la acera contigua
Buda y Nietzsche se dan la mano.