Tuvo fuerzas para tambalearse hasta la cama, para reencontrarse con el amor de otra vida. No hubo angustias, mentiras, ni distancias, solo el eco de un adiós desesperado, solo un segundo para darse cuenta que no estaba sólo.
Tuvo fuerzas para tambalearse hasta la cama, para reencontrarse con el amor de otra vida. No hubo angustias, mentiras, ni distancias, solo el eco de un adiós desesperado, solo un segundo para darse cuenta que no estaba sólo.