A mi madre.
Despertar
El transcurrir de los bostezos
para preparar a los niños
Oler
El café de la mañana
La compañía de la costumbre
Partir
Cada quien en su lugar
Cada nombre en su rutina
La infancia de escuela
El dinero de oficina
La soledad de hábito
Iniciar
Cada cosa
cada detalle
cada asunto
Todas las piezas del engranaje
No hay quien observe los detalles
solo se sabe que todo funciona
Continuar
día a día
las mismas muecas
las mismas molestias
déjà vu de decadencia
Tanto tiempo para hacer
y tan pocos instantes para ser.
Encantado, Lucía. Gracias Por las correcciones.
Me gustaMe gusta
Un lujo ese par de versos que cierran el poema. Un saludo
Me gustaLe gusta a 2 personas
Gracias, Eladio. Que bueno que te guste.
Me gustaMe gusta
Qué bien has retratado a la rutina que nos atrapa y nos consume el precioso tiempo de ser.
Un abrazo!
Me gustaLe gusta a 2 personas
Gracias por tu comentario, Saricarmen. Y que bueno que te guste el poema. Un abrazo para ti.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Nada qué agradecer, Albert. Tus poemas tienen algo especial.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Una rutina llena de sentimiento… ¿A caso a veces no es lo mejor que tenemos?
Un saludo!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muy bueno
Me gustaLe gusta a 1 persona
Muchas gracias, Sara.
Me gustaMe gusta
Reblogueó esto en mariquitaluna.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Genial, gracias.
Me gustaMe gusta
Muy lindo lo que escribis Albert! Pasional! Gracias
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias a ti por leerme y por tu lindo comentario.
Me gustaMe gusta
Madre mil cosas y miles de incertidumbres. Me gusto mucho
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias, Celeste. Me alegra que te haya gustado.
Me gustaMe gusta