…el vacío en su alma era demasiado desgarrador para continuar intentándolo. Quitó el anillo de su dedo y lo ubicó junto a un trozo de papel que yacía intacto sobre la mesa de noche desde hacía más de una semana. Subió a la azotea, aún en pijamas, y se suspendió en el borde para contemplar sus dedos acariciando el vacío. Cerró los ojos, extendió los brazos, y la ausencia en su pecho le indicó que, por primera vez, tenía el control de su destino. Se dejó caer en las manos de Newton y la gravitación universal. La vida no pasó ante sus ojos, no hubo redención, no encontró la libertad ni el control efímero de hace unos instantes; solo el terror, solo la precipitación en alianza con el pánico para desdibujar su rostro. Sumido en la impotencia del arrepentimiento emitió un grito sordo para terminar despertando envuelto en las sábanas del dormitorio. Fue por un vaso con agua para despejar la mente, para diluir el miedo. Al entrar de nuevo en la habitación las reflexiones yacían en el olvido.
A la mañana siguiente el vacío en su alma era demasiado desgarrador para continuar intentándolo. Quitó el anillo de su dedo y lo colocó junto a un trozo de papel…
Pobre hombre, que tristeza y pena estaba pasando, a veces deseamos la muerte, pero cuando la creemos tenerla cerca, huimos…
Me ha gustado mucho.
Saludos.
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Muchas gracias. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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¡Inquietante! Abrazo.
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Un abrazo para ti, Marta.
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Magnífico
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😊 mil gracias, Christian.
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La vida es y seguirá siendo una incertidumbre. Me gustó mucho
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Tienes toda la razón, Celeste. Me alegra que te haya gustado. Un abrazo.
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Excelente cuento !
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😊 Muchas gracias, María Laura.
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¡Muy bueno, Albert!
¡Saludos!
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Me alegra que te haya gustado, Saricarmen. Te envío un abrazo.
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Un minicuento infinito, como infinita la angustia de su personaje. Muy bien captado este estado desgarrador, y la invariabilidad del padecimiento en el que está sumido. A la vez, resulta él mismo (su subconsciente, mediante la recurrencia de su sueÑo) su peor enemigo. El conflicto, y la gestación del ambiente, y la irresoluta resolución del cuento son todos ingeniosos. Voto! 🙂
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Completamente agradecido y alagado por tu análisis. 😉
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Muy buen relato circular, de esos que se muerden la cola como una serpiente. Magistralmente escrito, felicidades.
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Absolutamente alagado. Muchas gracias, Roberto.
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