Bueno…
sí, eres tú.
Pero pretendamos
que soy yo.
Bueno…
sí, eres tú.
Pero pretendamos
que soy yo.
mujer
susurro el amor sobre tus pétalos
anhelando el obsequio
de tu fragancia
abrazo y recibo tus espinas
para compartir
el dolor que te habita
me inclino para besar tu tallo
y sentirme afortunado
de verte florecer
1 en el principio existía yo
2 y mi corazón estaba desordenado y vacío
y las tinieblas estaban sobre la faz de mi abismo
y tu espíritu se movía orbitando mi soledad
3 y dijiste hola ¿puedo sentarme?
y hubo luz
no existe el
«el felices por siempre”
existe la felicidad
que viene y va
que viene y va
si somos persistentes
si nos aferramos a sus instantes
y los mantenemos en el tiempo
entonces gobernaremos nuestras vidas
y el “felices por siempre”
sonará un poco más preciso
cuánto orgullo
cabe en mi estómago
me mantienes indigesto
en tu inconsciencia
y ya no hay frases
que te salven de la caída
tal vez
encuentre paz
después del ocaso
tal vez
la felicidad se oculta
tras la última
gota de agonía
llegaste
con el amor en los labios
y los sueños en la piel
prometiste eternidad
y nos arrojamos al vacío
sin conocer la caída
pero es ahora
cuando el vértigo me invade
llega el momento
de comprender los errores
y la eternidad
se viste de amenaza
es ahora
cuando veo la verdad
llega el momento
de descubrir que
hay presencias más dolorosas
que sus propias ausencias
cuántas bocas debo besar
para probar tus labios
cuántos versos hacen falta
para que recibas mis palabras
cuántos sueños deben morir
para dormir en tus brazos
cuánta vida debo gastar
para que seamos felices
aguardo
mientras tanto
escribo poesía
todo lo que hay en mí
te pertenece
y
aún así
falta tanto por darte
no sé cómo
pero atravesaste mis defensas
en un solo movimiento
derribaste mis torres
flanqueaste mis caballos
destruiste mis alfiles
y usurpaste a mi reina
no sé cómo
pero
de alguna manera
hoy te adueñas de mi reino
y mi queja solitaria
por qué has tardado tanto