1 en el principio existía yo
2 y mi corazón estaba desordenado y vacío
y las tinieblas estaban sobre la faz de mi abismo
y tu espíritu se movía orbitando mi soledad
3 y dijiste hola ¿puedo sentarme?
y hubo luz
1 en el principio existía yo
2 y mi corazón estaba desordenado y vacío
y las tinieblas estaban sobre la faz de mi abismo
y tu espíritu se movía orbitando mi soledad
3 y dijiste hola ¿puedo sentarme?
y hubo luz
no existe el
«el felices por siempre”
existe la felicidad
que viene y va
que viene y va
si somos persistentes
si nos aferramos a sus instantes
y los mantenemos en el tiempo
entonces gobernaremos nuestras vidas
y el “felices por siempre”
sonará un poco más preciso
cuánto orgullo
cabe en mi estómago
me mantienes indigesto
en tu inconsciencia
y ya no hay frases
que te salven de la caída
existe el sol
que se levanta todas las mañanas
y me prepara el desayuno
y existe una cosa brillante
que sale por el este
y nos acompaña
úsame como prefieras
al fin y al cabo
ya perdí la cuenta
de cuantos nombres
has tenido bajo nuestras sábanas
ella me extendía
en el vaivén de sus caderas
se presionaba en la oscuridad
para degustar el pálpito
la deleitaba mi rigidez
sin percibir siquiera
mi cadáver enfriando
su entrepierna
cuántas bocas debo besar
para probar tus labios
cuántos versos hacen falta
para que recibas mis palabras
cuántos sueños deben morir
para dormir en tus brazos
cuánta vida debo gastar
para que seamos felices
aguardo
mientras tanto
escribo poesía
la fiebre del querer toca mi centro
hoy desvarío y busco tu cuerpo
necesito el dulzor de tu boca
el calor de tu sexo
necesito la mirada desnuda
de tus pechos de invierno
perennes y firmes montañas
para escaparme del tiempo
desarma tu orgullo
y satisfaz mi deseo
de consumar en tu alma
mis ganas y anhelos
de ladear mi dolor
y desembocar en tus sueños
la obscenidad de mi carne
en el fulgor de tu cielo
entrégate porque yo lo quiero
despréndete de tus misterios
corrompe tus valores y fundamentos
y permite que profane tus pensamientos
sucumbe ante mi locura
revela los secretos de tu vientre
y descubre tus idilios no explorados
desde aquella noche sueño con ella
tan efímera
tan real
suavizando mis grietas
en el desliz de sus labios
perforando mi coraza de excusas
desvaneciendo mis fantasmas secretos
desde aquella noche
tan real
tan efímera
si tan solo hubiera existido