EL SUICIDA

…el vacío en su alma era demasiado desgarrador para continuar intentándolo. Quitó el anillo de su dedo y lo ubicó junto a un trozo de papel que yacía intacto sobre la mesa de noche desde hacía más de una semana. Subió a la azotea, aún en pijamas, y se suspendió en el borde para contemplar sus dedos acariciando el vacío. Cerró los ojos, extendió los brazos, y la ausencia en su pecho le indicó que, por primera vez, tenía el control de su destino. Se dejó caer en las manos de Newton y la gravitación universal. La vida no pasó ante sus ojos, no hubo redención, no encontró la libertad ni el control efímero de hace unos​ instantes; solo el terror, solo la precipitación en alianza con el pánico para desdibujar su rostro. Sumido en la impotencia del arrepentimiento emitió un grito sordo para terminar despertando envuelto en las sábanas del dormitorio. Fue por un vaso con agua para despejar la mente, para diluir el miedo. Al entrar de nuevo en la habitación las reflexiones yacían​ en el olvido.

A la mañana siguiente el vacío en su alma era demasiado desgarrador para continuar intentándolo. Quitó el anillo de su dedo y lo colocó junto a un​  trozo de papel…


Pasas y te miro

Pasas y te miro,
y sé que no hay más vida
que la tuya
y la mía.

Y me siento perdido,
y pasas…
y no hay más norte en el camino
que tus huellas en la arena.

Y estoy sediento,
y te miro,
y no hay más agua que la guardada
bajo el sello de tus labios.

Y me siento sofocado
y pasas,
y comprendo que no hay más aire
que el que ondea tus cabellos.

Y me invade la angustia,
y te miro,
y solo encuentro la calma
recorriendo tus formas.

Y pasas…
y te amo.
Y sé que no soy digno
de llevar todo este amor.
Pero qué más puedo hacer,
si en esta tierra solo existimos
tú que pasas
y yo que te miro.

BÉSAME AHORA

Y si dejamos de perder el tiempo
en este coqueteo mudo.
Si nuestras manos recorrieran más
de lo que las apariencias permiten,
y nuestros labios jugaran
al juego de la vida
en lugar
del juego de las miradas.

Y si te pido una locura
y lo arriesgamos todo
en esta danza de locos
y que el mundo se detenga
entre tu cuerpo y el mío.

Y si decides hacerme caso
cuando te digo:
Bésame ahora,
después
resolvemos el resto.

ENCUENTRO

Llegó…
con el deseo de ser mía.
Até sus impulsos para degustar
cada centímetro de piel,
cada gota de deseo,
cada partícula de su escencia.
Para así penetrar sus fantasías,
y diluir hasta mi último suspiro
por cada rincón de su alma.

DESEO

Deseo recorrer
cada centímetro de tu alma,
elevar tus manos
a la cabecera de mi cama
y atar tus instintos
con este impulso que quema.

Deseo tu piel, tus gemidos,
tu esencia, tu cuerpo vibrante
diluido entre mis labios.

Deseo entrar,
profanar tus sentidos
y cumplir en tu vientre
los deseos de mi piel.

Deseo ser tu deseo,
escuchar mi nombre
en cada uno de tus orgasmos
y transitar tus ganas
durante cada segundo de mi vida.

ÁMAME AHORA…

ámame ahora
que el tiempo es corto
y las ganas infinitas

ámame como si fuera
el último segundo
y cada segundo
una vida para amarnos

ámame
con desenfreno
con pasión
con ternura

ámame
hasta el último grano de arena
hasta la última campanada

y luego
mírame a los ojos
besa mis labios
toca mis miedos
pero no me digas adiós

silencio

mi corazón espera tu amor

mi alma anhela tu paz

mi piel ansía tus ganas

yo espero por ti

no es el tiempo

mi enemigo

es mi cuerpo

es mi corazón

que late solo bajo tu pecho

es mi alma

perdida sin tu luz

es mi piel

que estremece en tu ausencia

soy yo

amándote en silencio

querido diario

debo confesar que

aunque aparento conocerme

no tengo idea de quién soy

que me cautiva la sociedad

y me fastidia la compañía

y que mientras más logro aprender

menos soporto mi ignorancia

confieso que

como un adicto en remisión

soporto la vida un día a la vez

que nunca sabré defenderme

pero soy experto al lastimar

Y aunque practico la monogamia

mi debilidad son las mujeres

debo decir que

no soy mala persona

pero mi bondad no está presente

aunque nunca termino las cosas

conservo con afecto los intentos

y a pesar de mi disfraz  de ermitaño

siempre he soñado con encajar